Bambu Japones

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,
no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad,
este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces
que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana,
muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.
De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones
estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante.
En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…
Estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente
creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito
cuando éste al fin se materialice.
Si no consigues lo que anhelas, no desesperes...
quizá sólo estés echando raíces...

10 comentarios:

Adriana Alba dijo...

Hermoso cuento, sabia reflexión.

Adri, todo lo mejor para éste 2012.

Un abrazo inmenso.

Norma2 dijo...

Adriana , gracias por pasar por mi blog a saludarme.
Veo que tu espacio brinda un espacio para reflexionar muy interesante. Seré tu seguidora porque me gusta aprender, pensar y a veces sonreir, espero que a vos te pase lo mismo
Beso y te dejo a mi Mafalda para que me la cuides...jejej! ojo que es pícara!

Sandra Luz Martorelli dijo...

BUENÍSIMA REFLEXIÓN PARA COMENZAR EL AÑO!!
Que los reyes se acuerden de vos y dejen en tus zapatos alegría, amor , salud, fortaleza y todo lo que anhelás.

UN BESO GRANDE

Nelson dijo...

Hello my dear friend! I wish you a wonderful Thursday ! Greetings from Brasil! Follow me back please.

BEATRIZ dijo...

No pues sí es como para sembrar la paciencia con la semilla del bambú japonés, y que heche buenas raíces, ya luego crecerá a su tiempo. Sabia reflexión.

Adriana, Un gusto. Saludos.

adriana dijo...

gracias Adri !!! lo mejor para vos tambien..besotes

Âdřΐana dijo...

hola Norma!! ya soy tu seguidora besosssss

Âdřΐana dijo...

sandra...besos ..besoss...gracias por todo!!

Âdřΐana dijo...

nelson siempre eres bienvenido!!!

Âdřΐana dijo...

hola Beatriz ya he pasado por tu blog ..excelete..muchas gracias por tu visita..besoss